Desde hace mucho tiempo se decía que la masticación era importante para que los niños aprendieran a hablar. Pero desde hace algunos años algunos odontopediatras y los odontólogos están recomendando tanto a niños como adultos que acudan al logopeda.

Cómo ha evolucionado nuestra cara según masticamos

Hace mucho tiempo nuestros antepasados comenzaron a cocinar los alimentos y a cultivarlos. Hace 12.000 los alimentos empezaron a consumirse más blandos gracias a la cocina. Hasta entonces nuestros tatatatatarabuelos tenían unas bocas enormes, con mucho espacio tanto para la lengua como para las vías respiratorias (nariz, laringe…). Además tenían la boca la tenían delante de la nariz.

Con el cambio a alimentos más blandos, que no exigían tanto esfuerzo por parte de nuestras mandíbulas, ese «hocico» fue yendo hacia atrás y hacia abajo hasta dar lugar a la forma de la cara actual. En esta imagen podéis ver la comparación del perfil de un homo erectus y de un homo sapiens:

homo erectus versus homo sapiens

¿Y qué implicación tiene este cambio de la masticación? Entre otras, que la lengua invade las vías respiratorias principalmente por la noche dando lugar a apneas del sueño, ronquidos, etc. Como curiosidad os cuento que los científicos han puesto nombre al hecho de que toda la zona de la boca vaya cambiando según evolucionamos y lo denominan klinorhynchy.

En el último siglo ha habido otro cambio importante y ha sido la llegada de la comida basura. No solo por los nutrientes que aportan y los que dejan de aportar sino por la falta de esfuerzo que implica. El movimiento de los músculos influye sobre la estructura del hueso. Así que una mala masticación dará lugar a una deformación de la mandíbula y de los dientes. Cuanto peor encajen los dientes, más complicada y peor será la masticación.

Además se han hecho estudios con ratones. Licia Paskay revisó algunos de estos estudios. Estudiaron ratones a los que se les comenzó a introducir la alimentación complementaria de dos maneras: a un grupo de ratones se le daba alimentos blandos y a otro grupo alimentos más duros. Los ratones que masticaron alimentos duros tuvieron un mejor desarrollo del paladar. Y aunque más tarde también se les dieron alimentos duros al grupo de ratones con alimentos blandos, no llegaron a desarrollar el paladar de la misma manera.

Con los bebés humanos no han hecho estudios por razones éticas. Pero si generalizamos a las dos corrientes que hay ahora para alimentarlos, purés o la introducción de alimentos sin triturar (BLW mixto por ejemplo), ¿cuál creéis que será más beneficioso para vuestro bebé?

La masticación y la lactancia humana

No podía faltar el papel de la lactancia en el desarrollo de los músculos y órganos con los que realizamos la masticación. Cuando un bebé mama pone en juego una serie de movimientos muy importantes para que su boca se desarrolle adecuadamente. Por ejemplo, un bebé que toma lactancia materna debe mover la mandíbula hacia adelante y hacia atrás implicando a los músculos encargados de hacer esos movimientos. También los músculos de los labios deben trabajar para agarrarse al pecho.

Si el bebé no toma suficiente alimento o no recibe consuelo del pecho o del chupete, tenderá a chuparse el dedo o la lengua, a morderse las uñas, el pelo o a colocarse cualquier objeto que encuentre en la boca. Y como posiblemente intuyes, estas acciones darán lugar a un peor desarrollo de la boca.

«Eh, un momento», estarás pensando seguramente. «Has dicho que el chupete puede evitar un desarrollo de la boca incorrecto. Y los logopedas y los dentistas soléis decir que mejor si no hay chupete». Muy bien, te has dado cuenta. La razón es que el bebé viene «programado de serie» con la necesidad de succionar tanto para alimentarse como para calmarse. Si un bebé necesita calmarse para dormir, porque está estresado o porque tiene hambre y aún no le dan de comer tenemos dos opciones: proporcionarle lo que busca para calmarse, como el pecho, chupete o comida o no dárselo. El chupete digamos que es un objeto que podemos controlar más o menos si lo comparamos con el dedo, el pelo o un juguete u objeto cualquiera. Podemos controlar cuándo dárselo al bebé y cuándo puede estar sin ello, el tamaño y cuándo podemos retirárselo. Si quieres saber cómo utilizarlo para no crear malos hábitos os aconsejo que os leáis el artículo sobre qué chupete es mejor.

La lactancia con biberón y la masticación

Cuando un bebé toma la leche del biberón no cierra los labios con tanta fuerza y a veces simplemente los ponen en forma de «O». Tampoco deben hacer el vacío necesario para extraer leche en la mayoría de los biberones (por suerte, existen algunos donde ya se obliga a los bebés a succionar). Además si no das el biberón como si dieras el pecho, el bebé moverá la lengua hacia adelante para regular la cantidad de leche que entra y no atragantarse. Por lo tanto, la lengua permanecerá plana. Además la musculatura de la cara del bebé trabajará menos y afectará al crecimiento armonioso de los huesos.

También influye la forma del biberón y el tipo de tetina que se utiliza. Puedes leer aquí qué biberón es mejor.

La odontopediatra Edith M. Cigüeñas encontró que los bebés con lactancia materna exclusiva y la lactancia materna mixta tenían bastante menos maloclusiones (dientes y mandíbula mal colocados) que los bebés alimentados con biberón. Parece ser que es importante principalmente en el primer año de lactancia. Aún así, tanto con lactancia humana como con lactancia con biberón se daban más niños con maloclusiones que con oclusiones correctas.

Qué hacer si hay problemas de masticación

A veces los odontopediatras encuentran que es necesario corregir la mordida del niño o de la niña. Entonces es cuando plantean la necesidad de ponerle aparato dental. En ocasiones derivan a un logopeda. ¿Por qué? Porque los aparatos o prótesis que utilizan los dentistas corrigen los dientes y/o la posición de la mandíbula. Pero si la niña o el niño no mastican como deben, los dientes volverán a su posición inicial con el tiempo. Esto significa que necesitaría llevar ortodoncia o aparato otra vez. Los logopedas también podemos trabajar la masticación cuando existen dolores en la mandíbula si son musculares e incluso con trastornos del sueño.

Normalmente solemos corregir los movimientos que causan ese tipo mandíbula. La terapia puede incluir la conciencia de estos movimientos y masticar alimentos con distintas texturas. A veces la masticación incorrecta depende de la respiración, por lo que es necesario controlar las alergias y las posibles dificultades anatómicas de la nariz.

Fíjate si tu hija o tu hijo:

  • Asoma la lengua entre los dientes al tragar.
  • Mueve la cabeza hacia arriba para tragar.
  • No utiliza o utiliza poco un lado para masticar.
  • Muerde el labio de abajo con los dientes de arriba al tragar.
  • Deja restos de comida dentro de la boca una vez ha tragado.
  • Tiene digestiones pesadas.
  • Le duele la cabeza.
  • Come muy rápido.
  • Come muy despacio.

Si es así, además de visitar a un/a odontopediatra es bueno que visites a un/a logopeda. Recuerda que podemos ayudar a eliminar esos hábitos para que la mandíbula y la cara sean armónicas.

Bibliografía

1.Alfaro Rondinel, Epifanio J. (2018). Influencia de la lactancia materna en el desarrollo de maloclusiones en niños de 36 a 72 meses de edad en el colegio 6071. Tesis. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.

2. Paskay, Licia. MASTICAR: Cómo la evidencia muestra que la Fuerza Motriz Contribuye en el Desarrollo Facial. Signos Fónicos. 2015; 1(2): p. 21-28

3. Cigüeñas Raya, Edith M. (2013). Influencia de la lactancia materna en la prevención de maloclusiones, en infantes de 0 a 36 meses de edad. Tesis. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.

Imagen de portada: Foto de Sonrisa creado por karlyukav – www.freepik.es

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