¿Qué chupete es mejor? El chupete (o chupón, tete, chupo o bobo) existe y nos lo dan con la famosa canastilla. Pero desde mi punto de vista como logopeda y asesora de lactancia, ¿es bueno o malo? ¿Se puede utilizar de modo que se minimicen los daños? ¿Es necesario utilizar el chupete? Veamos…

¿Por qué succionan los bebés?

El bebé nace con la necesidad de succionar. Le calma porque succionar su propio dedo o su propia mano es algo que lleva haciendo desde que estaba en el vientre materno (Durán-Gutiérrez y otros). Le relaja y le ayuda a autorregularse en esta primera etapa de la vida. Es por eso que los bebés se calman succionando el pecho o lo necesitan para conciliar el sueño. Habitualmente, este tipo de succión se denomina como no nutritiva. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se considera el término succión afectiva más exacta para referirse a ella.

La función increíble de este tipo de succión la acabamos conociendo bien todas las madres lactantes. Si el bebé o niño/a se da un golpe, se aburre, se frustra, se disgusta o se encuentra mal, se calma de manera instantánea en cuanto nos lo ponemos al pecho. Es un remedio barato y casi mágico.

¿De dónde viene el chupete?

Antes de saber cómo usar bien el chupete, tenemos que saber de dónde viene: ¿qué pasa cuando no hay pecho? Mamá no está y, por lo tanto, la teta que le calma tampoco. O quizá los padres estén alimentando a su bebé con el biberón (relleno de lactancia materna o de lactancia artificial). Y aunque seguramente le bastaría el pezón de cualquier persona (sí, cualquiera, la abuela, el padre…), no existe esta opción en nuestra cultura. Así que el bebé buscará un modo de calmarse alternativo como su dedo, y si no le basta, llorará.

Antiguamente y como muestran algunas pinturas, se les daba a los bebés una especie de chupachúps de tela relleno de azúcar para que se calmaran. Por ejemplo:

qué chupete es mejor
Aquí podemos ver a Jesús con el invento de marras. Albrecht Dürer – La Virgen del Jilguero, 1506

Unos siglos más tarde, en el año 1901, Christian W. Meinecke decidió patentar un Diseño para Calmar al Bebé. El artilugio en cuestión tenía esta pinta:

Es decir, muy similar a los que encontramos ahora en cualquier farmacia o supermercado. Eso sí, no lo acompañó con ninguna pauta para saber cómo usar bien el chupete. En otras culturas o incluso hablando con nuestras abuelas, descubrimos más alternativas al pezón: un trozo de jamón salado, un aro de goma o incluso el dedo del adulto que esté con el bebé.

¿Es necesario el chupete?

Sí y no. Si no existe otra manera de calmar al bebé porque nunca más va a tener el pecho como consuelo en el resto de su primera infancia o no funcionan otros métodos para calmarle, es recomendable. No solo para tranquilizar al bebé sino también para evitar la temida muerte súbita del lactante (Balaguer y González de Dios, 2007). Además, evitamos que el bebé emplee su propio dedo convirtiéndose, de esta manera, en un hábito dificilísimo de quitar que puede durar muchos años.

Si resulta que el bebé tiene el pecho disponible siempre o la mayor parte del día, el chupete se convierte en algo accesorio. Se puede utilizar el chupete una vez que la lactancia está instaurada (es decir, no hay dolores, molestias y el bebé gana peso conforme a su desarrollo), pero no es imprescindible ni mucho menos.

¿Qué chupete es mejor?

El chupete mejor es del que no se abusa. Así que para saber cómo usar bien el chupete vamos a facilitar una serie de pautas para favorecer buenos hábitos en el uso del chupete:

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  • Procura que la tetina del chupete sea la más pequeña siempre. Al fin y al cabo, si el bebé tomara pecho, el pezón permanecería con el mismo tamaño durante toda la lactancia, aunque dure años. Es decir, a bebé más grande, NO corresponde un chupete más grande. Lo de los chupetes gigantes para mayores de 18 meses es una aberración. Con una tetina más grande se favorece la deformación de la arcada dentaria y, por lo tanto, te tocará llevarlo a un/a ortodoncista más adelante (Nelson, AM, 2012).
  • ¿Chupete de silicona o de látex? Los de látex son más agradables al tacto y más blanditos. Sin embargo, hay que cambiarlos más a menudo y cogen sabor. Los de silicona duran más pero son más duros y, quizá, menos agradables al tacto. También depende del gusto de tu bebé.
  • ¿Tetina ortodóntica (anatómica) o tetina redonda (fisiológica)? Aunque en un principio puede parecer que lo más recomendable es la tetina redonda o fisiológica porque tiene una forma similar al pezón, lo cierto es que distintos estudios muestran que no es así. La tetina redonda no se moldea con la lengua como el pezón con lo cual presiona más el paladar y la lengua y puede ocasionar malformaciones en la boca. Por ello se recomienda la tetina ortodóntica que facilita una buena postura de la lengua dentro de la boca y no cambia tanto la estructura del paladar y los dientes. La desventaja de la tetina ortodóntica es que el bebé puede girarla dentro de la boca y colocarla al contrario y que las personas que atienden al bebé no siempre saben cómo se coloca bien.
  • Cuando llore, evita ponerle el chupete porque sí. Averigua primero que le pasa: ¿tiene hambre? ¿Tiene sueño? ¿Está nervioso? ¿Se ha caído? ¿Se aburre? ¿Necesita contacto y mimos extra? Cubre sus necesidades y retira el chupete cuando ya no lo necesite, hasta la próxima vez.
    Por la noche, no vuelvas a darle el chupete si no se despierta. Es más, si puedes, quitáselo una vez esté dormido. Él/ella seguirá ejerciendo su reflejo de succión simplemente con su lengua y su labio.
  • No se lo pongas mientras juegue o realice otras tareas que impliquen estar lejos de ti. El chupete, como el pezón, siempre cerca de ti. Mantenlo en tus brazos hasta que se calme. Una vez que el bebé está tranquilo/a y desea irse, se le retira el chupete sin más. Si llora en ese momento, obviamente se le vuelve a abrazar y a poner el chupete. Pero es muy probable que no lo necesite ya. Es más, que solo utilice el chupete contigo, con una sola persona (mamá normalmente, o papá). Los bebés saben perfectamente cuándo está mamá y cuándo no. Aprenderán a calmarse de otra manera con otras personas.
  • Relacionado con el punto anterior, no le pongas el chupete en cadena permanente a su ropa. A no ser, claro está, que temas que se le caiga mientras está contigo en brazos. Pero retíraselo después.
  • Es importante echarle un vistazo a las recomendaciones facilitadas por la Asociación Española de Pediatría (pág. 16 del documento). Una sola puntualización: no recomiendan el empleo del chupete más allá de los 3 años. Sin embargo, pienso que si se siguen las pautas que he dado de manera estricta, no tendría por qué existir mayor problema.

¿Qué pasa si abuso del chupete?

En primer lugar, que vas a visitar bastante a los ortodoncistas. Te explico a continuación qué sucede si no te convencen las pautas anteriores de cómo usar bien el chupete.

Todo ello porque vamos a encontrar una mordida abierta o una mordida cruzada (Franco-Varas, 2012). Es decir, la arcada dentaria frontal va a abrirse y a formar un bonito agujero de este modo:

Chupete y mordida abierta

Además, es posible que la lengua en reposo adopte una malposición permanente, puede impedir una buena coordinación oral entre otras. Así evitaremos un abuso del chupete, lo que daría lugar a malformaciones en los dientes (mordida abierta) y una malposición de la lengua en reposo (entre otras).

Pero es que me han dicho que como mi hijo tiene Síndrome de Down, que le viene bien.

Madre o padre angustiados con el uso del chupete

¿En serio? Puedes estimular la succión de mil maneras, como ya explicaré en otro artículo y trabajar otros aspectos orofaciales. El chupete sigue sin ser recomendable en estos casos.

que chupete es mejor síndrome de down

Por lo tanto, ¿cómo usar bien el chupete?: si te decantas por el chupete, no abuses de él y sé razonable en su uso. Y si ya estás pensando en que retirarlo, no te pierdas cómo quitar el chupete con 5 trucos útiles.

Bibliografía

Balaguer A, González de Dios J. Usar el chupete al dormir reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Evid Pediatr. 2006;2:21.

Durán-Gutiérrez A, Rodríguez-Weber MÁ, Teja-Ángeles E, Zebadúa-Penagos M. Succión, deglución, masticación y sentido del gusto prenatales. Desarrollo sensorial temprano de la boca. Acta Pediatr. Mex. 2012; 3:33

Franco-Varas V, Gorritxo Gli B. Hábito de succión del chupete y alteraciones dentarias asociadas. Importancia del diagnóstico precoz. Anales de Pediatr. 2012; 6:77.

Levrini L, Merlo P, Paracchini L. Diferentes diseños geométricos de chupetes comparados en base al análisis de elementos finitos (AEF).

Nelson AM. A comprehensive Review of Evidence and Current Recommendations Related to Pacifier Usage. Journal of Pediatric Nursing 2012; 6:27.

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