Creo que ya he hecho notar varias veces mi pasión por todo lo que atañe a los gestos y el lenguaje. Pero un niño o una niña que realice muchos gestos, ¿hablará mejor? Ya sabemos y lo dejé escrito en signos bimodal, que los signos ayudan a desarrollar el lenguaje oral. Pero ¿y los gestos que realizan los niños de manera natural? ¿Sirven para predecir cómo hablarán?

Eso mismo se llevan preguntando varios autores tanto de habla inglesa como de habla española. Así que estudios sesudos al respecto demuestran que algo pasa. De hecho, ha llegado a mis manos un estudio de este año elaborado por tres investigadores de la Universidad del País Vasco, que han valorado a más de 700 niños para ver qué pasa con los gestos. No está mal.

Qué tienen que ver los gestos y el lenguaje

No olvidemos que todos gesticulamos en mayor o menor medida y que, además, depende también de cada cultura. Pero, ¿por qué están relacionados los gestos y el lenguaje en un niño?

Para empezar, no podemos separar gestos por un lado y lenguaje por otro. Como hemos visto, van íntimamente ligados. Intenta hacer la prueba: la próxima vez que hables por teléfono con alguien, no hagas ningún gesto con las manos ni con el resto del cuerpo. Total, a través del teléfono la otra persona no te puede ver, ¿verdad? Tus gestos, entonces, no tendrían mucho sentido y podrías prescindir de ellos. Ya te adelanto que te va a resultar bastante difícil, por no decir imposible. Puedes convertirlo en un reto personal, pero estarías eliminando una parte importante de tu comunicación.

Además, los gestos sirven para aclarar lo que decimos. No es un secreto la cantidad de malentendidos que puede haber a través de mensajes de WhatsApp o de otras redes sociales, donde nos basamos en el texto y perdemos el resto de indicadores como los propios gestos o la entonación. Lo solemos completar con emojis o iconos, incluso con gifs animados, pero no siempre es suficiente. Y no solo aclaran lo que queremos transmitir, sino que a veces los gestos hablan por sí mismos, como cuando señalamos, decimos adiós con la mano o incluso hacemos el gesto de escribir en el aire para pedir la cuenta.

También tienen relación con otras habilidades como la memoria de trabajo, es decir, la memoria que nos permite seguir una receta mientras cocinamos o recordar una adivinanza para poder buscar la solución. Y además, también se pueden estudiar porque, al igual que el lenguaje, tienen su propia evolución según la edad del niño o la niña.

¿Qué gestos son normales a cada edad?

Los bebés y los niños hacen gestos por dos motivos: el primero, porque quieren llamar nuestra atención. Y el segundo, cuando quieren decirnos algo. Así que algunos de los gestos que podemos esperar durante el primer año de vida del bebé son estos y los llamamos gestos tempranos:

  • Dar.
  • Enseñar.
  • Señalar.
  • Negar con la cabeza.
  • Estirar los brazos para que el adulto le coja.
  • Mandar callar con el dedo delante de la boca (sssh).
  • Levanta hombros y manos como para decir: ¿dónde está?
  • Juega al cucú-tras.
  • Juega a las palmas, palmitas o a los cinco lobitos.
  • Juega a ¡que te cojo!

Con dos años cumplidos, podemos esperar otro tipo de gestos, a los que llamamos gestos tardíos:

  • Jugar como si un objeto fuera otra cosa (por ejemplo, que el mando de la televisión sea un teléfono o un lápiz sea un avión).
  • Come con una cuchara o un tenedor.
  • Se pone un zapato, un sombrero…
  • Juega con muñecos o animales a acostarles, alimentarles o a cambiarles.
  • Simula leer.
  • Riega las plantas.
  • Toca un instrumento musical (la trompeta, el piano…)
  • Mete la llave en la cerradura de la puerta.

Todo lo anterior está basado en una lista de acciones y palabras llamada Inventario de Desarrollo Comunicativo Macarthur-Bates y que nos ayuda a saber en qué punto del lenguaje está el bebé, tanto si habla como si no. También debemos tener en cuenta que, según va hablando mejor el niño, tiende a gesticular menos. Incluso si le has enseñado signos, dejará de hacerlos en cuanto exprese de manera oral la palabra.

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¿Gesticulan más las niñas que los niños?

Curiosamente parece que ya en esta investigación se ve un sesgo de género. ¡Y estamos hablando de niños y niñas con un año y dos años de edad! ¿Y cómo vieron esto? Resulta que la escala en la que se basó la investigación de la que hablo, tiene distintos bloques. Uno de los bloques trata de acciones de adultos que los niños imitan y que, tradicionalmente, parece asociarse al rol masculino. Otro de los bloques se describe acciones que imitan lo que hace su padre-madre, y se asocia más al rol femenino culturalmente.

¿Puedes adivinar qué ocurrió? Exacto, los niños gesticulaban más cuando imitaban a acciones de adultos, y las niñas cuando hacían gestos imitando a su madre y/o a su padre. Sin embargo, en simular que un objeto era otro, lo que llamamos juego simbólico, no encontraron diferencias entre niñas y niños. Es decir, niños de ambos géneros eran capaces de convertir una silla en un caballo o un lápiz en un avión.

¿Gesticulan los niños y niñas con Síndrome de Down y con TEA/CEA?

Los niños y niñas con Síndrome de Down suelen tener grandes dificultades en el lenguaje, y el habla es una de ellas. En una versión italiana de esta escala, encontraron que comprendían y hacían muchos más gestos de las palabras que expresaban. Los investigadores italianos dijeron, textualmente, que estos niños y niñas eran «especialistas en comunicación no verbal». De hecho, sus gestos comunicativos son mucho más ricos y complejos que los de los niños que siguen el desarrollo esperado a su edad. Algunos autores dicen incluso que su desarrollo del lenguaje puede equipararse a los niños de su grupo de edad si se tienen en cuenta estos gestos.

Con respecto a los niños autistas parece suceder al contrario: parecían tener más dificultad al comprender que la hablar. Aunque no tienen claro si realmente se debe a que los padres no pudieran rellenar bien el cuestionario por no tenerlo claro.

Al grano: ¿a más gestos, mejor lenguaje?

La respuesta rápida es sí. La respuesta larga es que los niños y niñas que gesticulaban más, por lo general comprendían mejor aunque no hablaban antes. Al parecer, lo que mejor predice un buen lenguaje o que falta poco para que surja el lenguaje hablado, son los juegos simbólicos y los de imitación. ¿Por qué? Porque el lenguaje son símbolos también. Por ejemplo, así como la onomatopeya muuuu nos puede sugerir una vaca en cualquier idioma, la propia palabra «vaca» en español no nos sugiere una vaca si somos ingleses o tailandeses. Así que la palabra «vaca» es un símbolo. Y cuando los niños y niñas juegan a que un palo es un caballo, lo están convirtiendo en un símbolo en cierta manera.

Pero hay más. A los 18 meses de edad los bebés comienzan a aprender vocabulario rápidamente. Pasan de no enterarse de mucho a, de repente, comprender casi todo. Y, de nuevo, los autores encontraron que la relación entre el vocabulario y los gestos aumenta aún más. Es decir, de un/a niño/a que gesticule bastante podemos esperar que comprenda e incluso hable más que un/a niño/a que apenas se expresa con las manos o el cuerpo.

Si esto lo enlazamos con los signos para bebés y los signos del bimodal en el caso de los niños con Síndrome de Down, tenemos otra razón de por qué es tan útil aprenderlos. Si tienes curiosidad sobre cómo ponerlos en marcha o quieres averiguar en qué punto se encuentra tu bebé con respecto a los de su edad, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Bibliografía

García, I., Ezeizabarrena, M.J. y Murciano, A. (2021). Gestos y palabras antes de los 2 años: efecto de la edad y el género. Revista de Investigación en Logopedia 11(2), e70879. https://dx.doi.org/10.5209/rlog.70879

Jackson-Maldonado, D. Thal, V. A. Marchman, L. Fenson, T. Newton y B. Conboy (2005). Inventario de Desarrollo Comunicativo Macarthur. TEA Ediciones S.A.

Galeote, M., Soto, P., Serrano, A., Pulido, L., Rey, R. y Martínez-Roa, P. Un nuevo instrumento para evaluar el desarrollo comunicativo y lingüístico de niños con Síndrome de Down. Revista Síndrome de Down 23: 20-26, 2006.

Iverson, J. M., Longobardi, E. y Caselli, M. C. (2003). Relationship between gestures and words in children with Down’s syndrome and typically developing children in the early stages of communicative development. International Journal of Language y Communication Disorders, 38(2), 179-197.

Imagen de portada: Victoria Borodinova en Pexels

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