El frenillo labial es casi como los unicornios: todo el mundo habla de él pero nadie sabe si influye realmente en el éxito (o fracaso) de la lactancia materna. De hecho, yo misma me he encontrado con bebés con una frenectomía, es decir, a los que han cortado su frenillo lingual, y que aún siguen con problemas en la lactancia. Es verdad que en ocasiones no se han realizado los ejercicios postoperatorios adecuados (ojo, es más que un masajito en la parte inferior de la lengua. Puedes ver aquí los ejercicios para el frenillo lingual). Otras veces los problemas en la lactancia se mantienen por unas vegetaciones o amígdalas demasiado grandes. Pero… ¿y si fuera la causa el frenillo labial?¿Cómo y quién puede valorarlo? Vamos allá, a ver qué conseguimos sacar en claro.

¿Qué es el frenillo labial?

Vaya por delante, por si no lo pensabas ya, que todos tenemos frenillo labial o frenillo maxilar, como también se le conoce. Si tiras hacia arriba de tu labio superior, y miras justo entre tus dientes frontales y el labio, verás una telita. Eso es el frenillo maxilar o frenillo labial superior. Y tenemos otro en el labio de abajo, como no podía ser de otra manera. El frenillo labial superior es una membrana, como has podido observar, y no contiene músculo de ningún tipo.

Frenillo labial: qué tipos hay

Dado que ya parece que está muy claro qué es un frenillo labial, no deberíamos tener mayor problema en clasificarlo, ¿verdad? Pues no. Aquí viene la primera dificultad. Y es que aunque con la anquiloglosia parece que este tema está un poco más avanzado, con el frenillo labial aún estamos en pañales.

El primero en atreverse a clasificar los tipos de frenillos labiales superiores fue Lawrence A. Kotlow, un odontopediatra estadounidense de Albany, en el estado de Nueva York. Lo hizo de la siguiente manera:

Explicando en palabras más sencillas su clasificación (perdón, dr. Kotlow, si no es tan exacta como la suya), se definirían así:

  • Frenillo labial tipo 1: es el que se encuentra justo debajo del lugar donde se unen labio y encía. No da problemas en la lactancia.
  • Frenillo labial tipo 2: el tejido recorre prácticamente el ancho de la encía.
  • Frenillo labial tipo 3: el frenillo llega justo hasta la zona donde saldrían los dientes.
  • Frenillo labial tipo 4: el frenillo recorre el ancho de la encía y termina justo donde comienza el paladar y/o aparece una pequeña arruga que aparece entre la nariz y el borde del labio superior. Sería el tipo de frenillo que dificultaría más la lactancia.

Aunque esta clasificación aclaró bastante sobre la configuración del frenillo labial superior y tuvo bastante acogida, más tarde su propuesta fue duramente criticada. Por ejemplo, Rizeq Nakhash observa que Kotlow no incluyó en sus estudios a ningún bebé menor de tres meses y que, además, solo tuvo en cuenta la forma del frenillo labial, es decir, no valoró si ese frenillo causa dificultades en la lactancia o no.

Y claro, esto es más importante aún cuando Chloe Santamaría, una otorrinolaringólogo de San Francisco, EE.UU., nos dice que el 80% de los bebés vienen con un frenillo labial tipo 2 o tipo 3. ¡No podemos andar cortando el frenillo labial al 80% de los bebés que nacen! Como veremos después, para diagnosticar un frenillo labial limitante son necesarias bastantes más características.

¿Cuándo cortar el frenillo labial superior?

Esta es la pregunta del millón porque, si el 80% de los bebés tienen un frenillo labial tipo 1 o tipo 2, ¿cómo vamos a distinguir si realmente existen problemas de lactancia por eso? Además se suele cortar junto con el frenillo lingual, ¿cómo saber si realmente la mejora en la lactancia se debe a una frenectomía de ese frenillo?

Pues esto mismo se preguntó el otorrinolaringólogo neoyorquino Prayag Patel. Así que ni corto ni perezoso, el dr. Patel seleccionó a bebés con un frenillo labial tipo 3 o 4 según la clasificación de Kotlow. Además, tuvo en cuenta otras características que indicaran problemas con ese frenillo como:

  • Si la madre tenía que sacar hacia afuera el labio superior del bebé y/o era difícil.
  • Cuando informaba de que el labio del bebé se volvía hacia adentro con frecuencia mientras mamaba.
  • El bebé hacía chasquidos mientras mamaba.
  • Si goteaba leche por las comisuras del bebé.
  • Cuando el bebé parecía fatigado o frustrado cada vez que mamaba.
  • Tomas largas.
  • Necesidad de suplementar.

Tras la frenectomía del frenillo maxilar únicamente, Patel cuenta que el 73% de las madres notaron menos dolor y el 82% mencionaron un mejor agarre del bebé. Otros estudios, como los de la dra. Shalini Shah han confirmado esto, e incluso han añadido otras variables a considerar como la longitud y flexibilidad.

Por su parte, el dr. Ghaheri sugiere valorar también defectos en el paladar o problemas como la retrognatia (mandíbula del bebé hacia atrás en exceso, más allá de lo que se considera normal en un bebé). Aunque para mí, el abordaje más completo es el de Gillian Diercks, una otorrino de Boston que, además de todo lo anterior, propone que el bebé y la madre sean valorados por un equipo donde se incluye una asesora de lactancia y una logopeda. Así se descartan otras causas que puedan solucionarse cambiando la postura al amamantar u otras que puedan estar influyendo en la alimentación.

Consecuencias de un frenillo labial restrictivo

La más evidente, que es meramente estética, es la separación de los incisivos superiores frontales. Por ejemplo:

Después algunos investigadores, como Kotlow, afirman que los bebés que ya tienen dientes pueden acumular leche en el hueco que se crea debido al frenillo, causando caries en la parte superior de los dientes.

La odontopediatra Leslie Haller va más allá y lo relaciona con la muerte súbita del lactante. Ella parte de un hecho claro: la lactancia exitosa se relaciona con un menor riesgo de este tipo de fallecimiento. Sin embargo, también dice que es necesario tomar estos datos con cuidado, porque simplemente puede asociarse a que los bebés prematuros, que presentan más un frenillo labial limitante, nacen con un mayor riesgo cardiovascular. Además, en su estudio une el frenillo labial al frenillo lingual.

Conclusión

Parece que es cierto que el frenillo labial superior puede ser el responsable de que algunas lactancias no salgan adelante. Si a tu bebé le han cortado el frenillo lingual y tras descartar otras causas, continua haciéndote daño, hace chasquidos al mamar o no crece como esperabas, sería necesario valorar el frenillo labial y, si procede, cortarlo.

La intervención es rápida y duele el primer día normalmente, aunque se puede aliviar con analgésicos. No suele haber problemas después aunque en un 9% suele ser necesario repetir la operación.

¿tiene frenillo labial limitante? 4 preguntas.Recuerda contactar conmigo si tienes dudas acerca de esto.

Bibliografía

Diercks, G. R., Hersh, C. J., Baars, R., Sally, S., Caloway, C., & Hartnick, C. J. (2020). Factors associated with FRENOTOMY after a multidisciplinary assessment of infants with breastfeeding difficulties. International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology, 138, 110212. https://doi.org/10.1016/j.ijporl.2020.110212

Ghaheri, B.A., Cole, M., Fausel, S.C., Chuop, M. and Mace, J.C. (2017), Breastfeeding improvement following tongue-tie and lip-tie release: A prospective cohort study. The Laryngoscope, 127: 1217-1223. https://doi.org/10.1002/lary.26306

Haller LA, Brown T. Upper-lip Frenum as a WrĞĚŝctiǀĞ Marker for Unexpected and Unexplained Asphyxia in Infants. J Rare Dis Diagn Ther. 2016, 2:2.

Kotlow LA. Diagnosing and Understanding the Maxillary Lip-tie (Superior Labial, the Maxillary Labial Frenum) as it Relates to Breastfeeding. Journal of Human Lactation. 2013;29(4):458-464. doi:10.1177/0890334413491325

Nakhash, R., Wasserteil, N., Mimouni, F. B., Kasirer, Y. M., Hammerman, C., & Bin-Nun, A. (2019). Upper Lip tie and breastfeeding: A systematic review. Breastfeeding Medicine, 14(2), 83–87. https://doi.org/10.1089/bfm.2018.0174

Patel, P. S., Wu, D. B., Schwartz, Z., & Rosenfeld, R. M. (2019). Upper Lip frenotomy for neonatal breastfeeding problems. International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology, 124, 190–192. https://doi.org/10.1016/j.ijporl.2019.06.008

Shah, S., Allen, P., Walker, R., Rosen-Carole, C. and McKenna Benoit, M.K. (2021), Upper Lip Tie: Anatomy, Effect on Breastfeeding, and Correlation With Ankyloglossia. The Laryngoscope, 131: E1701-E1706. https://doi.org/10.1002/lary.29140

Santa Maria, C., Aby, J., Truong, M. T., Thakur, Y., Rea, S., & Messner, A. (2017). The Superior Labial Frenulum in Newborns: What Is Normal? Global Pediatric Health. https://doi.org/10.1177/2333794X17718896

Foto de portada:  Dominika Roseclay en Pexels

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