Hoy en día no nos extraña ver niños con Síndrome de Down. Poco a poco parece que vamos normalizando que los niños con un cromosoma extra pueden compartir y convivir como uno más en espacios como la escuela, el parque o el restaurante.

Pero ¿cómo son los niños con Síndrome de Down?

Se dice que el Síndrome de Down es una alteración genética del cromosoma 21. Cuando se dividen las células para formar al bebé se produce una copia extra total o a veces solo una parte del cromosoma 21. Esta copia ocasiona cambios en el desarrollo del niño o de la niña y en sus características físicas. Pero aunque notemos que estos niños son muy parecidos entre sí físicamente veremos diferencias en cuanto las distintas áreas del desarrollo, en sus gustos y aficiones y en su personalidad.

En algo en lo que coinciden todos los niños con síndrome de Down es en que necesitarán  ser estimulados desde muy pequeños. Así podrán avanzar progresivamente y llevar una vida que les permita una inclusión social y escolar lo más satisfactoria posible para cada uno.

¿Cómo es el lenguaje de los niños con Síndrome de Down?

Unas de las áreas en la que el niño con Síndrome de Down suele necesitar ayuda es en el lenguaje y la articulación de los sonidos. Estos términos con frecuencia son tomados como sinónimos pero conviene diferenciarlos para poder hacer una intervención terapéutica más efectiva.

La articulación es la combinación de los diferentes sonidos para armar sílabas y con ellas, palabras. Por ejemplo, trabajaremos la articulación cuando nuestra hija o nuestro hijo no digan el sonido /rr/ o no sepan decir las sílabas que llevan /gl/.

El lenguaje abarca desde el significado que se le brinda a esas palabras hasta el orden para construir las oraciones, pasando por las habilidades para conversar. Por ejemplo, podemos trabajar el significado de las palabras del invierno, o cómo construir frases de dos palabras para hacer peticiones («quiero pan»), o cómo pedir permiso cuando necesitamos algo («perdone…»).

Las niñas y los niños con síndrome de Down tardarán en hablar. Tendrán voz desde el mismo momento en el que nacen y pueden manifestar sus necesidades a través del llanto o la risa. Sin embargo, las primeras palabras con significado para el adulto aparecerán después de los 2 años de vida. Notaremos que su comprensión como en todo niño o niña, estará por encima de lo que son capaces de decir y expresar. Esto es así porque antes de decir las primeras palabras ya habrá tenido experiencias que le posibiliten hacerse sus propias imágenes mentales. De este modo las asociará con lo que observe en su entorno y podrá crear las primeras palabras, oraciones y frases.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con Síndrome de Down?

Para propiciar en la niña o el niño con síndrome de Down esos espacios de experiencia, es preciso hablarles mucho acerca de ellos mismos y de su entorno. Puedes comenzar por nombrarle las partes de su cuerpo, continuando los nombres de los alimentos que comen a diario y llamando a todos los miembros de la familia por sus nombres.

Este  tipo de estimulación tan rica pueden brindarla todos los miembros de la familia. De hecho resulta ser la más efectiva. Más adelante y según lo necesite cada niño o niña, es muy útil buscar ayuda especializada. Así, entre la familia y la logopeda podemos decidir las estrategias más adecuadas para que el niño con síndrome de Down pueda avanzar en su desarrollo del lenguaje y la comunicación.

¿Cómo trabajamos los logopedas con los niños con Síndrome de Down?

Como logopeda y con los intereses y preocupaciones de la familia, abordaremos las diferentes áreas que sirvan de apoyo y trampolín para lograr la mejor comunicación y el lenguaje del niño o la niña con Síndrome de Down.

Trataremos de estimular los canales  auditivos, visual, olfativo, gustativo y táctil. Así ofreceremos al pequeño o a la pequeña una experiencia multisensorial que le permita apropiarse de toda esa experiencia. Una vez la tenga, podrá crear una realidad y expresarla de manera más fácil en palabras.

También trabajaremos su succión, deglución y respiración cuando es un bebé. Así no solo lograremos que se alimente mejor e incluso que tenga una lactancia exitosa, sino que estaremos estimulando todos los músculos que más tarde le permitirán hablar como los de la lengua, las mejillas o los que mueven la mandíbula. Si quieres saber más sobre lactancia y Síndrome de Down puedes leerlo aquí, en mi hijo con Síndrome de Down no mama.

Como cualquier otro niña o niño, el niño con síndrome de Down aprenderá mejor si las actividades que pensamos son lúdicas, importantes para él o para ella y su familia puede apoyarlas en el día a día. Así no solo serán muy efectivas sino que siempre estará deseando volver a trabajar nuevos aprendizajes y practicará por sí solo lo que vayamos viendo. Para ello podemos seguir una serie de recomendaciones:

Trabajar desde su experiencia cercana

Cada actividad del niño con síndrome de Down es recomendable que se realice en lugares que sean reales, conocidos y que permitan que la experiencia pueda repetirse en su día a día. Si deseamos que el niño o la niña aprenda el nombre de las partes del cuerpo podemos comenzar porque se lave su carita y de esta manera nombrar los ojos, la nariz y la boca. Le podemos pedir que lave bien sus ojos para que esté muy despierto. O que lave muy bien su nariz porque es la sala de fiesta, que debe estar muy limpios para celebrar su cumpleaños. Y cepillar muy bien sus dientes y lengua ya que son los habitantes de esa hermosa casa llamada boca.

Trabajar por categorías

Podemos presentarle una cara donde cada parte esté separada él o ella pueda agarrarlo para llevarlo al lugar que corresponda. Concluiremos diciéndole que todos juntos colocados allí forman las partes de la cara. Seguro que te ha venido a la cabeza el famoso juguete de Mr. Potato, con todas las partes extraíbles.

También puedes colocar una caja con diferentes objetos de la casa y que adivine dónde debe ir cada uno. De este manera, tendrá que llevar al baño el cepillo de dientes, el cazo a la cocina, el mando de la televisión al salón o la almohada al dormitorio.

Escuchar el vocabulario de las diferentes categorías

Una vez tenga dominado lo anterior, podemos pasar a las imágenes de ese vocabulario. Así, la niña o al niño con síndrome de Down puede agruparlos. Por ejemplo, podemos pedirle que nos diga dónde están todas las narices y que las coloque en una cajita; luego procedemos de la misma manera con los ojos y la boca. Al final buscaremos muchas caras para que el niño vaya colocándole las partes mientras las nombra. Más tarde podemos pedirle que las identifique en un muñeco o en otra persona.

Aquí también podremos introducir el concepto de igual al pedirle que busque otra boca igual a la que le mostramos.

Realizar oraciones con las diferentes categorías

Una vez tenemos vocabulario suficiente y el niño o la niña con Síndrome de Down lo expresa, podemos comenzar a construir alguna oración sencilla. Si por ejemplo la niña o el niño dice «pelota», podemos aprovechar para añadir «quiero» o «dame». De este modo le estaremos ayudando a construir una oración con dos palabras que además, le resulta motivadora y le será útil en su día a día.

Puedes encontrar más consejos sobre este apartado en trabajar frases en niños con problemas del lenguaje. Encontrarás una plantilla para descargar y cómo trabajar frases desde el estilo de María Montessori.

Espero que esta manera de trabajar te resulte útil y puedas comentarme los avances que verás en tu hijo o en tu hija. Siempre recuerda que desde la experiencia todo aprendizaje se fijará más rápido y permanecerá por más tiempo.

Autora: Noraida Caro.

Revisado por: Silvia Romanillos Morales

Webs consultadas

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/down-syndrome/symptoms-causes/syc-20355977

https://www.down21.org/revista-virtual/400-revista-virtual-2008/

https://www.asha.org/public/speech/spanish/los-sistemas-aumentativos-y-alternativos-de-comunicacion/

https://cubajorge.wordpress.com/2007/06/19/enfoque-comunicativo-funcional/

Imagen de portada por svetoshka

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