A qué edad empiezan a hablar los niños es una de las dudas que nos asaltan en cuanto somos madres o padres. A veces simplemente es por las ganas que tenemos de que nos cuenten cosas. Otras porque no podemos evitar comparar con sus amigos del parque o sus compañeros de la clase si va a una escuela infantil o kinder. Sin embargo, aunque nos parezca que hablar es lo más natural y fácil del mundo en realidad es bastante complicado. Así que ¿cómo hacen suyo el mundo que los rodea? ¿Cómo comienzan a aprender a hablar y comprender el significado de las palabras?

Cómo empiezan a hablar los niños

Al nacer nuestro pequeño vienen muchas interrogantes acerca de su desarrollo. Una de éstas es ¿a qué edad empiezan a hablar los niños? Al observar a un bebé por unos minutos cómo establece sus primeros contactos con mamá, papá y familiares cercanos, podemos ver muchas cosas: por ejemplo, cómo hablan de manera distinta al bebé que cuando hablan entre ellos. O el interés que tienen en que el bebé aprenda cosas nuevas. O cómo se ríen cada vez que hace o dice algo que antes no hacía. Por ello  se puede comprender cómo es que va enriqueciendo día a día su vocabulario.

En realidad, “la estimulación del cerebro infantil comienza mucho antes de nacer” (1),al igual que la relación del bebé con el medio donde va a vivir después.

Al nacer el bebé va ejercitando a través de la succión los órganos del habla (boca, lengua…) y el oído. Esto no solo le servirá para alimentarse o para oír sino que le dará la seguridad de que mamá está cerca. Y es así puesto que la escuchó al estar dentro de ella. Al pasar de los días el oído favorecerá la relación con su entorno familiar ya que “nos permite ser seres sociales, tomar contacto con las personas de nuestro alrededor, vivir en comunidad”(2), lo que proporciona las bases necesarias para su desarrollo del lenguaje.

La vista y el oído para aprender a hablar

Puede que pienses que mi hijo no habla y empieces a preocuparte. Para que puedas averiguarlo tú misma o tú mismo te muestro varios indicadores que son importantes. De este modo podrás ir observando si hay un adecuado desarrollo del lenguaje. Debes tener en cuenta que  este desarrollo se va dando paulatinamente en los primeros meses de vida y que cada niña y cada niño son diferentes. Pero por ejemplo, un aspecto es observar que voltee cuando se le habla. Por ejemplo, si le llamas por su nombre tanto de frente como cuando esté de espaldas.

Cuando le damos algo nuevo al bebé, abre sus sentidos ante ese objeto, lo mira, lo escucha, lo toca, lo huele, lo saborea, lo siente. Es decir, lo a partir de diferentes sensaciones consigue saber cómo es el objeto en su globalidad. No obstante al principio no es consciente. Sus manos reconocen su textura, si es blando o rugoso, si está frío o caliente, seco o mojado a través de la observación y la manipulación. Exactamente igual que hacen con la alimentación complementaria si se les da la oportunidad.

Cuando el bebé o la bebé mira ¿qué es lo que ve? Parece evidente pero está percibiendo colores, formas, objetos, a otras personas, animales, plantas, etc. La vista le da la posibilidad de enviar al cerebro una imagen para relacionarlo con el nombre del objeto que le repiten a su alrededor.

Pero por supuesto uno de los sentidos más importantes en el lenguaje es el oído. El oído le permite distinguir unos sonidos de otros, como por ejemplo, los sonidos del ambiente;  si está en su casa y de repente, suena el teléfono, pasa un coche, un avión o suena el timbre. Tambiñen les permite ir reconociendo los sonidos que emiten los animales.

A qué edad empiezan a hablar los niños: primeros balbuceos

También gracias al oído escucha la lengua que se habla a su alrededor: escucha a mamá y papá, reconoce su voz y los imita. Así comienza a balbucear en los primeros meses de vida imitando su entonación. Para responder a qué edad empiezan a hablar los niños podemos decir que alrededor de los 10 y 14 meses podemos ver que los bebés empiezan a querer decir algo con ciertos sonidos (Blake y Fink, 1987).

El balbuceo va aumentando en el transcurso de los meses y su lenguaje interior va aumentando. Esto facilita la comprensión de su entorno. Es alrededor del año y año y medio cuando comienzan a decir sus primeras palabras.

Es común escuchar a las niñas y los niños decir como primeras palabras mamá, papá, tete (para referirse a leche o alguna palabra  similar), agua, etc. Las primeras palabras que escuché decir a mis hijos eran  “atn” para referirse a la luna y “calln” para decir calle. Mi hijo nos sorprendió alrededor del año al salir de la recámara diciendo “hola”.

“La intención del habla es principalmente, comunicativa”.

El niño posee de manera innata la posibilidad de adquirir el lenguaje. Esto significa que venimos programados para aprender a hablar. Por eso tenemos la boca, la lengua, la laringe, el paladar entre otros órganos, preparados para hablar.  El ambiente que rodea al bebé y los adultos que lo acompañan en el proceso hacen el resto. Así favorecemos el desarrollo del habla infantil a través de la observación, la imitación y las experiencias sociales cotidianas.

En cuanto comienzan a decir sus primeras palabras comenzamos a disfrutarlos en casa. Seguramente al principio sean poco inteligibles, entendibles, pero conforme pasa el tiempo los bebés irán mejorando e incluso comenzarán a hacer frases cortitas.

Normalmente la mamá o el papá va ayudando y estimulando el habla de forma intuitiva en las actividades diarias. Es recomendable que cuando se realicen actividades sencillas, como cuando se le alimenta, baña, o cambia de ropa se le platique, se le muestren los objetos, se le diga el nombre. También se le puede preguntar en la comida cuando pruebe un alimento: qué le parece su sabor, si le gusta o no o si le da un poco a su hermana. Y buscar en el día un tiempo para convivir con nuestro hijo. En él pueden estar presentes juegos y canciones y lectura de cuentos. Todo esto estimula el lenguaje además de estrechar el vínculo padres e hijos.

Esta interacción con nuestro pequeño o nuestra pequeña favorece los distintos aspectos del lenguaje: por un lado la pronunciación, que hace que su habla sea cada vez más fluida; también la comprensión; enriquece el vocabulario para que más adelante pueda comenzar a hacer categorías. Por ejemplo, juguetes que son animales y juguetes que son coches. También mejora la estructuración de su lenguaje y con esto la posibilidad de comunicarse cada vez de forma más clara.

Concluyendo

Como padres y madres vale reflexionar acerca del papel tan importante que tiene el desarrollo del lenguaje en la comunicación. Como seres humanos somos seres sociales. Esto signfica que necesitamos relacionarnos y el lenguaje va a ser fundamental para ello. Además el lenguaje oral es la base para futuros aprendizajes en la vida cotidiana y escolar. Por ejemplo, es básico para el aprendizaje de la lectura que nos permite saber de cualquier tema o entretenernos con una buena novela.

Y no olvidemos que a  través del habla se han transmitido saberes de los pueblos, mitos y leyendas, los conocimientos y anécdotas de los abuelos.

“El habla da vida al pensamiento”.

Bibliografía

1 “Cómo estimular el cerebro infantil”  Una guía para padres. Departament of  Education United States of América, 1999.  p. 7.

2 FISCHER, Bruno. Niños con trastornos auditivos. Manual para padres. Ed. Glerna. Buenos Aires, 1981. p. 9-10.

Autora: LTCH Cristina Ariadna Villar Bautista

Revisado por: Silvia Romanillos Morales

Imagen de portada de pexels.com

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